¡Vamos por compromisos relevantes, evaluación periódica y referéndum!
Por: Gustavo Guraieb
Amigos ciudadanos, si realmente buscamos un cambio en este nuevo proceso electoral, hagamos un poquito de memoria y recordemos que cada seis años hacemos, repetimos casi lo mismo, y con los mismos (o peores) resultados. Hoy, hartos de los malos gobiernos y algunos con temor a un escenario catastrófico, solamente intercambiamos críticas, descalificaciones, enojo y algunas propuestas en redes sociales.
La mayoría de los ciudadanos volvemos a entregar nuestro voto a candidatos que prometen de todo, y casi todo lo que les pedimos, aun sabiendo que no lo van a cumplir. Casi ingenuamente se vuelven a entregar a los políticos en campaña, vastas listas de propuestas ciudadanas y empresariales, y los candidatos, claro, dicen a todo que ¡sí!
¡Caray! si verdaderamente queremos resultados diferentes, algo hay que cambiar; basta de listas interminables de peticiones, basta de debates en donde los candidatos van a leer notas de sus asesores y donde ni siquiera hay discusión entre ellos, basta de grupos de interés coludidos porque ya están visualizando el siguiente negocio o concesión con el nuevo gobernante.
La propuesta
La propuesta para un cambio de fondo, es simple y tiene cuatro partes. No se hace en un día, pero se puede empezar a aplicar parcialmente y con el trabajo obligado de los nuevos diputados, podríamos tener una gran herramienta ciudadana para el siguiente ciclo electoral.
Primero, establecer un conjunto de tres a cinco propuestas específicas muy relevantes, en temas como: Seguridad y Justicia, Desarrollo Económico Incluyente, Educación y Combate a la Corrupción; concepto totalmente opuesto a la larga carta de los buenos deseos. Concentrarse en lo más importante, de otra manera se diluyen esfuerzos, atención y recursos.
Segundo, definir indicadores y entregables de manera puntual, para cada una de ellas, con sus respectivas metas anuales y trianuales. Esta será la guía principal de los gobiernos, tanto para su gestión, como para su calificación.
Tercero, establecer un esquema de evaluación periódica, por ejemplo cada 6 meses, con participación ciudadana y gubernamental, para verificar avances y cumplimiento de metas, señalar fallas y desviaciones y corregir o mejorar la estrategia en cada caso. Se trata de una evaluación seria de desempeño, resultados e impactos, no de una revisión o auditoría administrativa, que es lo que se hace hoy en México en el mejor de los casos. La rendición de cuentas en nuestro país sigue siendo muy pobre y limitada.
Una vez que se logra un buen consenso ciudadano sobre dichas propuestas, se compromete formalmente a los candidatos a trabajar en ellas con prioridad, a cumplir las metas y a ser evaluados periódicamente.
Y cuarto, avanzar con una reforma política moderna, como ya se ha propuesto en otras ocasiones, para tener la posibilidad de aplicar el Referéndum después de un período razonable de gobierno, que en el caso del presidente de la república y los gobernadores puede ser justo a la mitad de su período, a los tres años. En el caso de los alcaldes, podría optarse por dejar solamente el mecanismo de reelección. Si el gobernante en cuestión no ha cumplido razonablemente esos compromisos prioritarios convenidos con la sociedad, podrá entonces ser removido de su cargo por voto popular, para buscar un gobierno que sí cumpla y de antemano romper con esa investidura intocable que tanto daño nos hace.
Me pregunto, ¿quién podría objetar una propuesta como ésta? ¿Por qué no concretarla en poco tiempo, qué nos detiene? ¿Los legisladores, porque son juez y parte? ¡Depende sobretodo de nosotros! Me parece triste y desalentador que los ciudadanos solamente nos quejemos y critiquemos, en lugar de involucramos en soluciones valientes, diferentes y creativas, con la gran posibilidad del cambio que tanto hemos esperado.
Comments are closed